Microcomputadora

Desde mediados de la década de 1950, el cómputo se realizaba a través de ordenadores centrales de tipo mainframes, de enorme costo y mayormente accesibles únicamente de forma empresarial o institucional. El advenimiento de las minicomputadoras aún no solucionaba el problema del costo.

Sin embargo, avances en los procesos de constructivos y la miniaturización lograda gracias a la tecnología de semiconductores avalaron el diseño de microcontroladores y microprocesadores. Estos permitieron disponer de potencia de cómputo escasa pero en un tamaño y costo comparativamente muy reducido.

Desde mediados de la década de 1970 los hackers percibieron esto y se dieron al empleo práctico de los primeros microprocesadores de 8 bits, principalmente Intel 8008 y Zilog Z80 - para desarrollar una miríada de las llamada microcomputadoras, Estas permitían hacer realidad el cómputo de electrónico aficionado, gracias a su hardware abierto (bus S100).

Si bien normalmente se operaban con interruptores y luces, idealmente se conectaban a una teletipo o videoterminal.

Si bien en un inicio contaban con intérpretes de BASIC, escasos 4 KB de memoria, y programas almacenados en cintas de papel perforado, su arquitectura abierta les permitió una rápida expansión. Así pudieron lograr mayor velocidad, memoria, e incorporar el uso de discos flexibles (diskettes floppy) con sistemas operativos potentes. Entre los modelos de este estilo se encontraban la MITS Altair 8800 y sus numerosos clones.

Desde inicios de la década de 1980 el cómputo se industrializa y - bajo la propuesta de computadoras pequeñas de escritorio - se impone como producto de consumo masivo.

Esta categoría de equipos se denominó Home Computers o Computadoras Hogareñas. Generalmente se hallaban provistas por una teclado que albergaba todo el sistema: microprocesador de 8 bits, intérprete de lenguaje BASIC en memoria ROM y unos pocos KB de memoria RAM, sumado a un almacenamiento opcional ofrecido por cintas de cassette o bien diskettes. Usualmente se conectaban a un monitor de televisión.

Usualmente constaban de software de aplicación y gestión limitados, pero se distinguían atractivos juegos que hacían uso de sonido y video en movimiento.

Varias líneas fueron muy notables éxitos comerciales, takes como la Commodore 64 (20 millones de unidades vendidas), Sinclair ZX Spectrum y sus clones (7 millones) y la Apple II (5,5 millones), etcétera.

Se trata de equipos originalmente de 16 bits, generalmente compatibles con el estándar de facto impuesto por la IBM PC en 1980.

Actualmente conservan retrocompatibilidad con los mismos.